Michoacán., A un mes del asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, la investigación ha derivado en la detención de nueve personas entre ellas presuntos operadores del Cártel Jalisco Nueva Generación y siete escoltas municipales que estaban asignados a su seguridad. Las autoridades mantienen abiertas diversas líneas de investigación mientras crecen las dudas sobre posibles omisiones o participación directa en la planeación del ataque.
El caso ha generado atención nacional debido a que los escoltas que debían resguardar al alcalde ahora enfrentan señalamientos que los vinculan con el crimen. Su detención abrió cuestionamientos sobre el nivel de infiltración del crimen organizado y el grado de vulnerabilidad en el que se encontraba Manzo previo al atentado.
Aunque las autoridades ya realizaron varias audiencias y presentaron a los detenidos ante la justicia el móvil del homicidio permanece sin aclararse. Esta falta de definición mantiene el caso en un punto crítico y alimenta diversas hipótesis en torno a los intereses que pudieron estar detrás del ataque.
La sombra del CJNG continúa presente en la investigación debido a la captura de presuntos operadores relacionados con este grupo. Sin embargo aún no existe una conclusión oficial sobre el motivo del crimen lo que deja a la comunidad y a la clase política en espera de resultados claros que permitan entender quién ordenó el atentado y por qué.





