El expresidente de Estados Unidos y actual aspirante republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el comercio internacional al declarar que, de regresar al poder, impondrá aranceles del 100% a productos importados desde China.
El anuncio surge como respuesta a las nuevas restricciones impuestas por Beijing sobre la exportación de minerales de tierras raras, insumos clave para la fabricación de tecnologías avanzadas como autos eléctricos, turbinas eólicas, teléfonos móviles y equipos militares.
“China está usando su control sobre los minerales para manipular la economía global. No lo voy a permitir”, declaró Trump en un mitin en Iowa. El exmandatario aseguró que una política de aranceles altos protegería la industria estadounidense y reduciría la dependencia de suministros críticos provenientes del extranjero.
Los mercados reaccionaron con cautela, mientras analistas advirtieron que un nuevo ciclo de guerra comercial entre Estados Unidos y China podría tener impactos en cadenas de suministro globales, aumentar los precios de productos tecnológicos y complicar la recuperación económica internacional.
China, por su parte, no ha emitido una respuesta oficial, aunque ha señalado en otras ocasiones que sus restricciones buscan garantizar el suministro interno y proteger recursos estratégicos.