El expresidente de Francia, Nicolas Sarkozy, deberá ingresar a prisión el próximo 21 de octubre para cumplir una sentencia de cinco años, tras ser declarado culpable de conspiración criminal. El tribunal determinó que el exmandatario financió ilegalmente su campaña presidencial de 2007 con dinero proveniente del régimen libio, a cambio de beneficios diplomáticos. Aunque su defensa ya presentó una apelación, la resolución judicial establece que deberá iniciar su reclusión mientras continúa el proceso legal.
Sarkozy será trasladado a la prisión de La Santé, en París, un centro penitenciario que data de 1867 y que recientemente fue renovado. Por motivos de seguridad, se prevé que el expresidente permanezca en aislamiento o en el llamado “ala VIP”, un espacio reservado para reclusos considerados vulnerables, como expolicías, políticos o figuras públicas de alto perfil. En esa área, las celdas cuentan con comodidades básicas como televisor, refrigerador y ducha, aunque los testimonios de exinternos aseguran que la experiencia dista mucho de ser confortable.
La Santé ha albergado a figuras históricas y criminales notorios, entre ellos Ilich Ramírez Sánchez, conocido como “Carlos el Chacal”, el asesino y ladrón Jacques Mesrine, y el exdictador panameño Manuel Noriega. También fue prisión del capitán Alfred Dreyfus, protagonista del famoso caso de antisemitismo en el siglo XIX, y de Alexandre Benalla, excolaborador del presidente Emmanuel Macron.
Pese a las condiciones especiales que podría tener en reclusión, Sarkozy ha manifestado su inconformidad con el fallo. “Si quieren que duerma en la cárcel, dormiré en la cárcel. Pero con la frente en alto. Soy inocente”, declaró tras conocer su condena, acompañado de su esposa, la modelo y cantante Carla Bruni-Sarkozy.
Quienes han pasado por el ala especial de La Santé describen el ambiente como tenso. Aunque cuentan con ciertos privilegios, los ruidos nocturnos y las burlas de otros internos son constantes. Para Sarkozy, su primera noche tras las rejas marcará un nuevo capítulo en una vida política marcada por el poder, el escándalo y ahora, la prisión.
