Enraízando la Verdad

Enraizando la Verdad: El Derroche

El Derroche: La llegada del fin de la jornada de campañas electorales en Chihuahua invita a una profunda reflexión sobre el uso del dinero público, algo que casí nunca se discute,  pero es sumamente relevante: la propaganda política. Es difícil ignorar el evidente derroche de recursos en esta área, especialmente cuando las calles del municipio y del estado de Chihuahua se encuentran abarrotadas de espectaculares y lonas que proclaman las virtudes de diferentes candidatos y coaliciones.

La imagen que proyectan las vías públicas, convertidas en un campo de batalla propagandística, no solo afecta el aspecto estético de la ciudad, sino que también deja al descubierto las verdaderas intenciones de quienes compiten por el poder político. En un paisaje saturado de mensajes partidistas, resulta inevitable cuestionar la eficacia de esta estrategia y si realmente se traduce en una mejor representación de los intereses ciudadanos.

La realidad es que el costo de estos espectaculares y lonas no es insignificante. Se estima que cada uno puede alcanzar los 40 mil pesos, una cifra considerable que, al multiplicarse por la cantidad de anuncios desplegados, revela un gasto considerable de los recursos públicos. Es preocupante constatar que este dinero proviene de los impuestos pagados por las y los ciudadanos, quienes no siempre son consultados sobre cómo se utilizan sus contribuciones.

En este contexto, es necesario recordar que los votos no se ganan con publicidad, sino con trabajo y propuestas concretas. Los ciudadanos demandan gobernantes comprometidos con el bienestar de la comunidad, que prioricen la eficiencia en el uso de los recursos públicos y que estén dispuestos a cumplir sus promesas una vez en el cargo.

Más allá de las preferencias políticas individuales, es fundamental exigir transparencia y rendición de cuentas en el manejo de los fondos públicos, especialmente en un momento en que la confianza en las instituciones políticas está en entredicho. Chihuahua merece líderes que trabajen por el beneficio colectivo, en lugar de invertir en una propaganda que, en última instancia, solo sirve para perpetuar la imagen de una clase política distante de las necesidades reales de la ciudadanía.