DELEGADO AUSENTE. – En medio de un entorno hostil y desesperanzado, el campo en nuestro estado se encuentra en una situación crítica debido a la sequía que lo azota. En momentos como estos, es fundamental contar con un delegado de los Programas del Bienestar que esté comprometido con la causa y dispuesto a abordar los problemas de raíz. Sin embargo, lamentablemente, lo que hemos visto por parte de Juan Carlos Loera De la Rosa es una ausencia notoria y preocupante.

Este delegado no ha dado la apertura necesaria para abordar el tema crucial del campo. Su desinterés no se limita solo a los problemas en el campo, sino que incluso se ha reflejado en su falta de atención a sus propios empleados del bienestar. Esto es inaceptable, ya que precisamente en momentos de crisis como este, es cuando necesitamos líderes comprometidos y dispuestos a tomar medidas.

Un aspecto particularmente alarmante es la falta de comunicación y colaboración con la Comisión Iberoamericana de Derechos Humanos a nivel nacional, liderada por Manuel Terrazas. En repetidas ocasiones, han intentado entablar un diálogo con Loera, pero parece que sus prioridades se centran en la entrega de tarjetas de programas en lugar de abordar el problema de raíz con el estado y sus habitantes.

EL ACCIDENTE. – Además, recientemente, el delegado experimentó en carne propia la precariedad de las condiciones de nuestras carreteras federales al tener un accidente en el entronque de San Pedro. Este incidente debería ser un llamado de atención para él y para todos nosotros. Experimentar de primera mano las condiciones peligrosas de nuestras carreteras olvidadas debería motivarlo a actuar con urgencia.

Esperamos que, en lugar de simplemente abogar por más presupuesto, el delegado Loera se involucre de manera activa en la búsqueda de soluciones a estos problemas. No muchos tienen la suerte de sobrevivir a un accidente en estas carreteras olvidadas, y es responsabilidad de las autoridades federales garantizar la seguridad de quienes transitan por ellas.

CRISIS DE PRENSA . – En un verdadero despapaye se han convertido las sesiones del Congreso del Estado y no tanto por el debate violento o no, que se vive en el pleno sino del otro lado, donde asesores, asistentes, fotógrafos, edecanes y demás personal de cada diputado panista, a veces cada uno trae a tres, cuatro o hasta cinco personas, atiborran el área de prensa sin dejar a los demás escuchar y trabajar, que es a lo que realmente se va a esa área y no a estarse riendo y viendo cosas que no tienen que ver con la sesión.

LO CURIOSO ES  QUE :a pesar de que se ha solicitado a su coordinador desahogar el área con su joven equipo  nada más no pasa nada y ahí siguen los jóvenes y jovencitas nada más ocupando el espacio que se supone es para reporteros,  algunos  periodistas a veces hasta de pie trabajan junto al ventanal al  no haber lugar para ellos en las mesas.