Bélgica bajo la lupa por el crecimiento del narcotráfico y el papel del puerto de Amberes
Bélgica., A finales de octubre, una magistrada de instrucción belga encendió la alarma sobre la expansión del narcotráfico en Bélgica al publicar una carta abierta solicitando ayuda urgente del gobierno. La funcionaria alertó que el país, ubicado en el corazón de la Unión Europea, enfrenta amenazas que podrían poner en riesgo el Estado de derecho debido a la creciente influencia de estructuras mafiosas organizadas.
La jueza señaló que el narcotráfico se ha consolidado como una fuerza paralela que desafía tanto a la policía como al poder judicial, describiéndolo como una amenaza organizada que mina las instituciones. Amberes, ciudad portuaria clave, se ha convertido en uno de los principales puntos de entrada de cocaína hacia Europa, lo que intensifica la preocupación sobre el control del crimen organizado.
Expertos consideran que hablar de un narcoestado puede ser una exageración, pero reconocen que el tráfico de drogas es un problema creciente en Bélgica. La ubicación estratégica del país y la alta demanda de drogas en Europa hacen de Bélgica un punto crucial para la distribución de estupefacientes en el continente.
El puerto de Amberes, uno de los más grandes de Europa, se ha consolidado como un hub de cocaína gracias al flujo constante de contenedores que permite ocultar productos ilícitos en cargamentos. La combinación de infraestructura portuaria y la actividad de redes criminales convierte a esta ciudad en un nodo clave para el narcotráfico internacional, lo que pone en alerta a autoridades locales e internacionales.





