Seis semanas después del alto el fuego en Gaza la violencia continúa y la crisis humanitaria se agrava
Gaza., El alto el fuego pactado el 10 de octubre entre Israel y Hamás buscaba poner fin a dos años de enfrentamientos que han devastado la Franja de Gaza. Sin embargo seis semanas después de su entrada en vigor la realidad muestra que el conflicto está lejos de haber terminado. Pese a la disminución en la intensidad de los ataques los civiles palestinos siguen perdiendo la vida a diario debido a disparos y acciones militares israelíes. La cifra de víctimas continúa aumentando aunque de forma más lenta.
El acuerdo permitió la reanudación del ingreso de ayuda humanitaria tras meses de bloqueo pero el volumen sigue siendo insuficiente para atender a una población mayoritariamente desplazada y atrapada en un territorio donde la infraestructura ha quedado prácticamente destruida. La ONU ha comenzado a reabrir escuelas que funcionan como refugios a pesar de los daños provocados por los bombardeos. El sistema de salud también permanece en estado crítico con solo treinta y seis hospitales parcialmente operativos según cifras del organismo internacional.
En el ámbito político y militar la situación sigue tensa. A pesar de haber quedado debilitado Hamás se ha negado a entregar las armas. Un día después del inicio del alto el fuego mostró su capacidad de movilización al desplegar siete mil milicianos armados en zonas de Gaza que habían sido desocupadas por fuerzas israelíes. No obstante su dominio enfrenta desafíos debido a la proliferación de otros grupos armados dispuestos a disputarle el control territorial.
Mientras tanto la población palestina aguarda avances en el plan de paz impulsado por el presidente de Estados Unidos Donald Trump del cual el alto el fuego solo representaba la primera etapa. El proceso es clave para iniciar la reconstrucción de un territorio que permanece mayormente bajo control del ejército israelí y cuya recuperación aún se vislumbra lejana.





