Reforestación en Majalca evidencia compromiso ambiental, pero plantea retos de seguimiento comunitario
En el Parque Nacional Cumbres de Majalca se llevará a cabo este domingo 14 de septiembre una jornada de reforestación en la que se plantarán 4 mil árboles, organizada por el Gobierno del Estado, mediante la Secretaría de Desarrollo Rural (SDR), en colaboración con Súper Copa Roshfrans, como parte de los esfuerzos institucionales para mitigar la huella de carbono y proteger los ecosistemas locales.
La campaña contará también con la participación de instancias federales como la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y la Comisión Nacional Forestal (Conafor), así como con dependencias locales de ecología, deporte y cultura física. Se espera la participación ciudadana, deportistas invitados y voluntarios, bajo un esquema de corresponsabilidad social.
Este tipo de acciones ecológicas se convierten en instrumentos políticos que permiten al gobierno estatal mostrar su compromiso con políticas verdes, pero también ponen en evidencia la necesidad de garantizar continuidad, mantenimiento y supervisión posterior: plantar árboles es sólo el primer paso; su sobrevivencia también debe asegurarse. La transparencia en el uso de recursos y la rendición de cuentas serán observadas por la ciudadanía.
Además, la jornada en Majalca responde a un contexto más amplio donde la conservación ambiental se cruza con desarrollo turístico, deportivo y de investigación —ya que Majalca es pulmón natural y espacio para actividades recreativas, investigación de aves migratorias y generación de espacios públicos. Que estas actividades “blanden” resultados visibles reforzará la legitimidad gubernamental en cuestiones ambientales.
Para muchos habitantes y sectores sociales, estas iniciativas de reforestación tienen doble dimensión: contribuyen al cuidado del medio ambiente y también son símbolos de gobernanza, capacidad de gestión y de cumplimiento de compromisos de transición hacia una economía verde. El éxito del evento dependerá no sólo del número de árboles plantados, sino de la voluntad política para su cuidado y la integración social en el largo plazo.