EUA.- El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció hoy que seis cárteles mexicanos serán oficialmente designados como organizaciones terroristas globales. La medida, que se hará pública en las próximas horas mediante una notificación del Registro Federal, se sustenta en la premisa de que estos grupos representan un riesgo significativo para la seguridad nacional, la política exterior y los intereses económicos de EE.UU.
Entre las organizaciones incluidas en esta lista se encuentran el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Cárteles Unidos, el Cártel del Noreste, el Cártel del Golfo y La Nueva Familia Michoacana. Además, el documento contempla la inclusión de otros grupos criminales internacionales, como el Tren de Aragua de Venezuela y la Mara Salvatrucha (MS-13) de El Salvador.
Política con Antecedentes Controversiales
La medida evoca políticas de la era Trump, cuando el expresidente consideró la posibilidad de etiquetar a los cárteles como entidades terroristas y evaluó incluso la aplicación de una ley de 1798 utilizada en tiempos de guerra para deportar presuntos miembros de pandillas sin necesidad de audiencias judiciales. Aunque la actual administración ha optado por el proceso formal a través del Registro Federal, expertos señalan que esta decisión podría ser utilizada como pretexto para intervenir en asuntos internos de naciones vecinas.
El anuncio ha generado fuertes reacciones en México. La presidenta Claudia Sheinbaum y su gobierno han reiterado su rechazo a cualquier intento de injerencia extranjera en la soberanía nacional. “El combate al crimen organizado debe llevarse a cabo en coordinación y respetando la autonomía de cada nación”, afirmó un representante del Ejecutivo mexicano, subrayando la importancia de que las acciones en materia de seguridad se implementen en un marco de respeto mutuo y cooperación bilateral.
La designación de los cárteles como organizaciones terroristas globales no solo refuerza el endurecimiento de la política estadounidense contra el crimen organizado, sino que también intensifica las tensiones diplomáticas con México. Analistas advierten que esta medida podría tener implicaciones en la relación bilateral y en la dinámica de seguridad en la región, al tiempo que abre el debate sobre el uso de definiciones terroristas en contextos de lucha contra el narcotráfico.
Las autoridades estadounidenses aseguran que la medida responde a una estrategia de protección de la seguridad interna y de los intereses económicos del país, mientras que para el gobierno mexicano resulta un claro recordatorio de la necesidad de mantener la soberanía y el respeto en la implementación de políticas de seguridad.