La mañana del miércoles, un ataque armado en las instalaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Dallas, Texas, dejó a un detenido muerto y a otros dos gravemente heridos. El tirador, identificado extraoficialmente como Joshua Jahn, de 29 años, disparó desde un edificio cercano de manera indiscriminada contra la sede de la agencia, según informó el Departamento de Seguridad Nacional.
De acuerdo con la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, Jahn fue hallado muerto en la escena con una herida autoinfligida. El hombre había vivido en un suburbio de Dallas y enfrentó un proceso judicial en 2016 por distribución de marihuana, por el que recibió libertad condicional. En los casquillos asegurados en el lugar se encontraron inscripciones con la frase “ANTI-ICE”, lo que refuerza la hipótesis de un motivo ideológico detrás del ataque.
Las víctimas se encontraban detenidas en el edificio y esperaban ser trasladadas a un centro de reclusión de mayor capacidad. El DHS informó que los disparos ocurrieron mientras estaban dentro de una camioneta en la puerta de salida. Entre los heridos hay un ciudadano mexicano, por lo que la Secretaría de Relaciones Exteriores expresó su preocupación y solicitó acceso a la persona afectada. Ninguno de los baleados era miembro de las fuerzas del orden.
El FBI confirmó que el tiroteo se investiga como un acto de violencia selectiva. En tanto, el expresidente Donald Trump y otros líderes republicanos señalaron a la izquierda como responsable de fomentar un ambiente hostil contra el ICE, mientras que el vicepresidente J. D. Vance sostuvo que existían motivaciones políticas, aunque no presentó pruebas.
Las autoridades federales y locales registraron un vehículo y propiedades ligadas al sospechoso en busca de más pruebas. Mientras tanto, los detenidos de la oficina de Dallas fueron trasladados a otras instalaciones. El gobernador de Texas, Greg Abbott, afirmó que las operaciones de arresto y deportación continuarán sin interrupción pese a lo ocurrido.