Aunque Morena ha establecido como principio la prohibición de heredar cargos públicos, la práctica del nepotismo continúa generando controversia dentro del partido. Tal es el caso de los senadores Félix Salgado Macedonio y Saúl Monreal, quienes no han renunciado definitivamente a su influencia política, mientras sus hijas y hermanos, respectivamente, perfilan su camino hacia cargos de elección popular.
En Guerrero, Evelyn Salgado, hija de Félix Salgado Macedonio, ya ejerce como gobernadora, en una transición que fue ampliamente criticada por opositores y sectores de la sociedad civil, al considerarla una extensión directa del poder político de su padre.
Por otro lado, en Zacatecas, Saúl Monreal, actual senador y hermano del excoordinador parlamentario Ricardo Monreal, ha mantenido una presencia activa en la vida política estatal, respaldando a familiares cercanos en diversas candidaturas y estructuras de gobierno.
Estas situaciones han desatado señalamientos tanto dentro como fuera del partido, al considerar que contradicen el discurso de renovación democrática que Morena ha promovido desde su fundación. La dirigencia nacional ha reiterado en distintos momentos que no se permitirán candidaturas impuestas ni por parentesco ni por acuerdos de cúpula.
Sin embargo, en los hechos, el fenómeno de la sucesión familiar en el poder se mantiene presente en varios estados, reflejando una continuidad de las viejas prácticas políticas que el partido prometió erradicar.
Analistas políticos advierten que, de no corregirse esta tendencia, Morena podría enfrentar un desgaste en su legitimidad ante el electorado, sobre todo en un contexto en el que la demanda por mayor transparencia y meritocracia en las candidaturas es cada vez más fuerte.