Australia., Australia vivió este fin de semana uno de los ataques más graves de las últimas décadas cuando dos atacantes, un padre y su hijo, dispararon contra una multitud que celebraba el inicio de Hanukkah en la playa Bondi Beach, en Sídney, dejando un saldo de al menos 15 personas fallecidas y más de 40 heridas. Las autoridades investigan el hecho como un ataque terrorista motivado por ideología extremista.

El primer ministro australiano, Anthony Albanese, informó que los atacantes actuaron de manera independiente, sin pertenecer a ninguna célula extremista mayor, aunque claramente impulsados por ideas radicales. Por su parte, Chris Minns, primer ministro de Nueva Gales del Sur, señaló que el objetivo del ataque era la comunidad judía de Sídney y que lo que debía ser una celebración pacífica se transformó en una tragedia.

El atentado ha generado conmoción en Australia y en la comunidad judía internacional, con líderes de Israel y otros países condenando los hechos y solicitando medidas urgentes para combatir el antisemitismo. La policía y los organismos de seguridad continúan con las investigaciones para esclarecer el móvil completo y las circunstancias del ataque.

El suceso también reabre el debate sobre la seguridad y el control de armas en Australia, país que durante años ha implementado medidas estrictas para evitar la proliferación de armas de fuego. Las autoridades locales han reforzado la vigilancia y anunciaron apoyo psicológico y asistencia a las víctimas y sus familias.