Las fuerzas israelíes detuvieron este miércoles a decenas de activistas internacionales, entre ellos la activista sueca Greta Thunberg, tras la interceptación de la flotilla Global Sumud (GSF) que transportaba ayuda humanitaria con destino a Gaza. Los barcos fueron detenidos en aguas internacionales, a unas 70 millas náuticas de la costa, y posteriormente trasladados al puerto de Ashdod, donde los tripulantes serán deportados.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel aseguró que la operación se llevó a cabo de forma segura y que todos los activistas se encuentran en buen estado. No obstante, la GSF denunció que algunas de sus embarcaciones fueron embestidas de manera deliberada y alcanzadas por cañones de agua, además de acusar al ejército de bloquear sus comunicaciones para impedir transmisiones en vivo del abordaje.

De acuerdo con la organización, en total 39 barcos fueron interceptados, aunque uno de ellos, el Mikeno, todavía intentaba continuar hacia la costa gazatí. Israel había advertido previamente que no permitiría la llegada de la flotilla, a la que calificó de provocación, mientras que los activistas sostienen que su misión es romper el bloqueo impuesto sobre Gaza y entregar ayuda humanitaria.

La operación ha generado una ola de reacciones internacionales. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ordenó la expulsión de diplomáticos israelíes y la suspensión del acuerdo de libre comercio con ese país, mientras que gobiernos de Italia, Francia e Irlanda expresaron preocupación por la seguridad de los tripulantes. El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, pidió levantar el bloqueo sobre Gaza y facilitar la entrada de material humanitario.

La interceptación también desató protestas espontáneas en ciudades como Bogotá, Ciudad de México, Madrid, Roma y Atenas, donde manifestantes exigieron el fin del asedio a Gaza. Para la GSF, estos hechos confirman que Israel busca mantener aislado al territorio palestino a toda costa.