El exsecretario de Economía, Ildefonso Guajardo, señaló que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no tomará represalias ante las quejas de los directivos de grandes corporaciones por los efectos de la reforma judicial en México, pues su verdadero objetivo es desalentar la inversión en territorio mexicano.
Guajardo, quien encabezó las negociaciones del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), explicó que las inconformidades expresadas por los CEOs estadounidenses no han provocado una reacción formal del gobierno de Trump. “Son llamados a misa, porque hasta ahora su administración no ha ejercido presión alguna. Él cree que lo que pierde México por la incertidumbre en inversión, lo gana automáticamente Estados Unidos”, declaró.
De acuerdo con un reporte de Grupo REFORMA, los directivos estadounidenses han solicitado que, durante la próxima revisión del T-MEC, se renueven las protecciones para todas las empresas de su país y no únicamente para ciertos sectores, ante la desconfianza que genera un Poder Judicial vinculado al Gobierno mexicano.
Los empresarios también pidieron que se restaure el Mecanismo de Solución de Disputas Inversionista-Estado (ISDS), con el fin de resolver conflictos ante árbitros independientes y evitar procesos en tribunales mexicanos, considerados por algunos como poco imparciales.
Guajardo insistió en que la estrategia de Trump es utilizar el clima de incertidumbre en México como una ventaja competitiva para atraer capitales a Estados Unidos, en un contexto de tensiones comerciales y redefinición del acuerdo comercial trilateral.





