La tragedia en Iztapalapa cobró una nueva vida la noche del 21 de septiembre con el fallecimiento de Alí Yael González Aranda, de 18 años. El joven se encontraba internado en el Instituto Nacional de Rehabilitación y su deceso elevó a 29 el número de personas que han perdido la vida por la explosión de una pipa de gas LP ocurrida en el Puente de la Concordia.
De acuerdo con la Secretaría de Salud de la Ciudad de México, hasta las 22:00 horas del domingo permanecían hospitalizadas 16 personas, la mayoría con quemaduras graves, mientras que 39 ya fueron dadas de alta.
Alí Yael era estudiante de la Vocacional 7 del Instituto Politécnico Nacional y vivía en Chimalhuacán. El día del accidente abordó un microbús tras salir de clases, pero al pasar por la zona ocurrió la explosión que le provocó quemaduras en el 85 por ciento del cuerpo y daños severos en órganos vitales. Durante 11 días permaneció en estado crítico bajo tratamiento intensivo.
La familia lo buscó por varios hospitales luego de que un desconocido respondiera su teléfono y les informara que había encontrado su mochila entre los restos. Finalmente fue localizado en el Instituto Nacional de Rehabilitación, donde su madre pudo reconocerlo a pesar de sus lesiones. Amigos y conocidos difundieron imágenes en redes sociales para ayudar a ubicarlo, lo que facilitó el contacto.
Su abuela, María Silvia Beltrán, relató que Alí cumplió 18 años en enero y lo describió como un joven disciplinado, estudioso, respetuoso y apasionado por la natación. Durante su estancia en el hospital, familiares y personas solidarias lo acompañaron diariamente con muestras de apoyo.
La lista oficial de víctimas mortales incluye ya a 29 personas, entre ellas estudiantes, trabajadores y vecinos afectados por el estallido de la pipa que transportaba 49 mil 500 litros de gas LP. La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México mantiene abiertas las investigaciones para esclarecer las causas del accidente. Aunque videos recientes muestran a la unidad circulando a velocidad moderada, persisten dudas sobre un posible exceso de velocidad.
Mientras continúan los peritajes, autoridades locales y federales han entregado apoyos económicos, atención médica y psicológica a víctimas y familias. La empresa Gas Silza, dueña de la pipa, reiteró su disposición a colaborar con las autoridades en la reparación del daño y el esclarecimiento de responsabilidades.









