Estados Unidos hunde segundo barco venezolano en presunta operación antidrogas crece la tensión militar en el Caribe
Estados Unidos hunde segundo barco venezolano en presunta operación antidrogas: crece la tensión militar en el Caribe
Washington – Caracas. – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este lunes un nuevo ataque militar en aguas del Caribe. Según informó a través de su red social Truth, fuerzas estadounidenses destruyeron una segunda embarcación presuntamente vinculada al narcotráfico y procedente de Venezuela. El operativo, ejecutado bajo órdenes directas del mandatario, dejó tres fallecidos.
> “Tres terroristas varones han muerto”, escribió Trump en mayúsculas, atribuyéndoles vínculos con cárteles calificados por su Administración como “narcoterroristas”.
Aunque el presidente no especificó la fecha ni las coordenadas exactas del ataque, aseguró que la embarcación navegaba en aguas internacionales con destino a Estados Unidos transportando “cocaína y fentanilo”, según sus palabras. También afirmó que todo fue grabado “con sumo cuidado” como parte de una estrategia de transparencia ante la prensa.
Justificación de “legítima defensa” y creciente despliegue militar
La Casa Blanca sostiene que estas operaciones están amparadas en el principio de legítima defensa ante amenazas inminentes. Los grupos señalados estarían involucrados en redes de tráfico transnacional de drogas, recientemente clasificados por el Departamento de Estado como organizaciones terroristas extranjeras.
Esta doctrina le permitiría al presidente ordenar ataques sin la aprobación previa del Congreso, una interpretación constitucional que ya ha generado controversia en Washington.
> “Estamos enviando un mensaje claro: si transportas drogas que matan estadounidenses, te vamos a cazar”, sentenció Trump.
La operación se produce apenas 13 días después del primer ataque militar, el 2 de septiembre, que dejó 11 muertos y detonó una ola de críticas dentro y fuera de EE UU. En esa ocasión, la Administración afirmó que los ocupantes pertenecían al grupo criminal Tren de Aragua.
Desde entonces, el Pentágono ha movilizado al menos ocho buques de guerra y un submarino al mar Caribe.
Venezuela denuncia “crímenes de guerra” y acusa intento de provocación
El gobierno de Nicolás Maduro reaccionó con dureza. El mandatario venezolano calificó los ataques como “crímenes atroces” y denunció una estrategia de provocación para justificar una intervención militar en su país.
> “No fue una operación contra narcotraficantes, fue una ejecución extrajudicial en aguas internacionales”, dijo Maduro este lunes en una rueda de prensa. “Lo que Estados Unidos busca no es combatir la droga, sino petróleo”.
También acusó a la Armada estadounidense de interceptar recientemente un barco atunero venezolano en aguas en disputa, lo que Caracas interpreta como una provocación directa.
El gobierno venezolano sostiene que los fallecidos en los ataques eran civiles y exige una investigación internacional. “Si eran culpables, debieron ser detenidos y juzgados, no asesinados por misiles”, dijo Maduro.
Preocupación internacional y división política en EE UU
La ofensiva militar ha encendido alarmas en el Congreso estadounidense. Un grupo bipartidista de senadores ha solicitado explicaciones oficiales por escrito y plantea dudas sobre la legalidad de estas acciones sin autorización legislativa.
Organizaciones defensoras de derechos humanos han elevado el tono, acusando a la Casa Blanca de “normalizar ejecuciones extrajudiciales” y erosionar las normas del derecho internacional.
Mientras tanto, Marco Rubio, secretario de Estado, afirmó desde Jerusalén que hay “certeza absoluta” sobre la participación del segundo barco en actividades de narcotráfico. “Estamos 100% seguros”, dijo en entrevista con Fox News.
Un contexto explosivo: la crisis del fentanilo y las elecciones de 2026
Estados Unidos atraviesa su peor crisis de drogas, con más de 100.000 muertes anuales, el 75% vinculadas al fentanilo. Esta realidad ha sido central en el discurso de Trump desde su regreso a la Casa Blanca y podría convertirse en un eje de su estrategia electoral rumbo a las legislativas de 2026.
Sin embargo, analistas advierten que el creciente tono belicista podría escalar hacia un conflicto regional de consecuencias impredecibles.