Chihuahua.- Los pasillos del Congreso han estado zumbando con rumores sobre los posibles cambios en las altas esferas del poder legislativo. La especulación más reciente apunta hacia la continuidad del diputado Alfredo Chávez como coordinador del GPPAN. Si esto llegara a confirmarse, los ajustes en las secretarías parecen ser inevitables. Pero más allá de las reconfiguraciones burocráticas, lo que realmente está en juego es el equilibrio de poder dentro del partido.

Con la supuesta reelección de Chávez, se vislumbra el ocaso del reinado de Mario Vázquez y su círculo cercano. El respaldo político que hasta ahora han disfrutado parece estar llegando a su fin, obligándolos a despedirse más pronto que tarde de sus posiciones privilegiadas.

La posible designación de Judith Estrada como Secretaria Administrativa no es una coincidencia. Su perfil y experiencia parecen alinearse perfectamente con las necesidades del cargo, respaldada no solo por los diputados sino también por actores externos a la torre legislativa. Su ascenso sugiere una nueva era, donde los lazos políticos previos podrían no tener el mismo peso.

Aquellos que confiaban en una continuidad automática están equivocados. Los análisis de columnas políticas y notas informativas dejan en claro que los vientos de cambio ya están soplando. El apoyo político cambia de manos y aquellos que no estén leyendo las señales podrían encontrarse en terreno incierto muy pronto.

Los días de complacencia han llegado a su fin. Los políticos y funcionarios involucrados deberían prepararse para adaptarse a un nuevo panorama laboral y político. Las lealtades cambian, los ciclos se cierran y, como siempre en política, la adaptabilidad y la capacidad de leer entre líneas serán clave para sobrevivir y prosperar en los tiempos que vienen.