Enraizando la verdad: ¿Aguinaldo doble y menos horas de trabajo? Un sueño que sigue en espera para los trabajadores en México
Por: Betzabe Lucero
Para millones de trabajadores en México, pensar en un aguinaldo doble y una semana laboral de 40 horas suena como un sueño que resolvería , aunque sea un poco, las presiones económicas y mejoraría la calidad de vida. Sin embargo, ambos temas, que requieren reformas a la Ley Federal del Trabajo (LFT), continúan sin avances concretos en el Congreso, y a medida que el año llega a su fin, esta promesa parece, al menos para el 2024, cada vez más lejana.
Actualmente, los empleados formales reciben 15 días de salario como aguinaldo, lo cual debe pagarse antes del 20 de diciembre. Pero, ¿qué cambiaría si se aprueba un aguinaldo de 30 días? Para un trabajador que gana el salario mínimo actual de 248.93 pesos diarios, un aguinaldo doble representaría un pago de aproximadamente 7,467 pesos. Aunque para algunos pueda no parecer mucho, para otros sería un impulso que aliviaría las dificultades de fin de año. Imaginemos además que el salario mínimo aumenta un 12%, como se ha mencionado en recientes declaraciones de Claudia Sheinbaum: esto llevaría el aguinaldo a más de 8,300 pesos para el 2025.
A simple vista, este cambio podría parecer una carga económica para las empresas, pero también se trata de una oportunidad de reconocer el esfuerzo diario de sus empleados. Recordemos que en otros países de América Latina, los trabajadores ya cuentan con estas garantías. Entonces, ¿por qué en México seguimos esperando?
Y aquí viene la segunda gran cuestión: la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas. ¿Qué significaría esto? No es solo trabajar menos, sino trabajar mejor. Tener más tiempo libre no es sinónimo de pereza; es una forma de recargar energía, de pasar tiempo con la familia, de estudiar, de cuidar la salud. Más horas de descanso para millones de mexicanos significaría mejorar la calidad de vida y, en consecuencia, un mayor bienestar social y hasta mejores resultados en los centros de trabajo.
Pero al final, el reloj sigue corriendo y los temas en el Congreso siguen avanzando a paso lento. Las reformas a la LFT parecen estar “en veremos,” y mientras tanto, los trabajadores vuelven a sus jornadas largas, cuentan con un aguinaldo reducido y se preguntan: ¿llegará un cambio real algún día?
El próximo año está a la vuelta de la esquina, y con él la oportunidad de poner estos temas en la agenda nacional. ¿Será el 2025 el año en que estas reformas vean la luz? Ojalá. Porque en un país donde muchos viven al día, estas iniciativas no son un lujo: son una necesidad.