El efectivo en manos de la población mexicana se ha multiplicado en las últimas dos décadas, advirtió Alejandro Gómez Tamez, fundador del Grupo de Asesores en Economía y Administración Pública (Gaeap). Según su análisis, en 2001 los billetes y monedas representaban apenas el 2.2% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que en 2025 ya alcanzan el 8.6%.
Este aumento implica que la cantidad de efectivo creció cuatro veces en proporción al tamaño de la economía, lo que podría reflejar un retroceso hacia prácticas más informales y menos reguladas. Gómez Tamez señaló que este fenómeno no es solo una cifra, sino un indicador de cambios estructurales preocupantes en la economía mexicana.
Entre los principales riesgos que advierte el economista están el incremento de la economía informal, la menor bancarización y productividad, transacciones opacas que reducen la recaudación fiscal, y un mayor nivel de incertidumbre que lleva a las personas a guardar dinero “por si acaso”.
“En dos décadas México pasó de ser una economía que avanzaba hacia la modernización a una donde el efectivo crece más rápido que la economía formal”, señaló Gómez Tamez. Esto, agregó, representa una alerta sobre la seguridad, la confianza y la capacidad del sistema financiero para sostener el crecimiento.
El economista concluyó que estos datos reflejan un retroceso hacia la informalidad y la desconfianza, y enfatizó la necesidad de políticas que fomenten la bancarización y reduzcan la dependencia del efectivo para fortalecer la economía del país.





