Autoridades mexicanas y estadounidenses confirmaron la detección de un caso de gusano barrenador en Sabinas Hidalgo, Nuevo León. El hallazgo en una vaca de ocho meses encendió las alarmas debido a su cercanía con la frontera, ya que se ubica a menos de 112 kilómetros de Estados Unidos.
El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos señalaron que el animal había sido trasladado desde el sur de México a un corral de engorda certificado en la zona. El gobierno estadounidense advirtió que este foco es la amenaza más directa para su industria ganadera desde que inició el brote.
Como medida preventiva, el USDA mantuvo el cierre de la frontera a la importación de ganado, bisontes y caballos desde México. Esta es la tercera ocasión en menos de un año que se aplica la restricción. La secretaria del USDA, Brooke L. Rollins, aseguró que proteger a Estados Unidos del gusano barrenador es una prioridad absoluta y advirtió que se tomarán medidas decisivas incluso sin la cooperación de México.
Desde junio, el gobierno estadounidense implementa un plan de 100 millones de dólares para contener la plaga, con instalaciones de dispersión de moscas estériles y la colocación de unas 8.000 trampas en Texas, Arizona y Nuevo México. También ha procesado más de 13.000 muestras sin encontrar casos positivos en su territorio. En México, SENASICA puso en marcha un tablero digital que permite dar seguimiento en tiempo real a los reportes.
El brote en Nuevo León implica restricciones inmediatas para el movimiento de ganado y un impacto directo en el comercio agropecuario binacional. Las autoridades estadounidenses exhortaron a los productores de estados fronterizos a revisar a sus animales y reportar de inmediato cualquier herida sospechosa o presencia de larvas.