Presidenta:

La Comunidad LeBarón se dirige a usted de manera directa, respetuosa e institucional, para que este mensaje llegue sin intermediaciones ni lecturas interesadas.

Después de semanas de discusión pública y de las mesas de diálogo que se abrieron en el proceso legislativo, expresamos que en términos generales estamos de acuerdo con las 50 modificaciones y las reservas que se incorporaron a partir de ese diálogo. Respetamos que la mayoría se expresó en ambas Cámaras. Reconocemos también que existen disposiciones puntuales con las que no coincidimos plenamente, pero creemos que el camino responsable es seguir fortaleciendo la implementación con visión técnica, justicia y sensibilidad hacia las comunidades agrícolas y el campo.

Por ello, en virtud del acuerdo del 4 de diciembre, se retiraron los bloqueos. Esta decisión fue tomada por consenso interno de nuestra comunidad. Es una determinación colectiva que privilegia la gobernabilidad y el diálogo.

Somos más de 25,000 mexicanos: seres humanos, madres y padres, hijas e hijos, familias completas que trabajan y construyen futuro. Como ocurre en cualquier familia grande, no todas y todos pensamos igual, pero somos una comunidad profundamente unida. Hemos vivido aquí por más de un siglo, trabajando, produciendo y construyendo oportunidades. Como muchas familias que llegaron a buscar un horizonte mejor, hemos dejado una huella real en la historia del noroeste del país. Somos chihuahuenses, gente de trabajo.

Reiteramos con claridad: no pedimos privilegios, pedimos igualdad ante la ley. Así como integrantes de nuestra comunidad cuentan con concesiones obtenidas conforme a la normatividad vigente, también existen muchos otros productores grandes, medianos y pequeños, así como empresarios en distintas regiones del país, que tienen concesiones bajo los mismos marcos jurídicos históricos.

Generalizar y linchar bajo un solo apellido por derechos de agua que se adquirieron legalmente antes del marco anterior y con todos los derechos y obligaciones que éste establecía, es una narrativa injusta que hoy se está usando como linchamiento mediático selectivo. No coincidimos con ese enfoque porque reduce un problema estructural de décadas a un señalamiento con nombre propio.

Solicitamos que se desactive esta narrativa xenofóbica y de estigmatización contra nuestra comunidad. Estamos plenamente dispuestos a que CONAGUA revise y audite lo que corresponda bajo criterios generales, transparentes y no selectivos. Si existe alguna observación, debe atenderse con base en el debido proceso, en las instancias competentes y con derecho de réplica pleno. No tenemos nada que esconder; lo que rechazamos es ser sometidos a un tribunal de señalamiento mediático desde tribunas parlamentarias o espacios de comunicación, sin garantías mínimas de justicia.

Además, es indispensable decirlo con toda claridad: somos una comunidad que ya ha sufrido el asesinato de miembros de nuestra familia: niñas, niños y mujeres. Por eso es inadmisible que se siga alimentando odio contra nuestra comunidad. Lo único que queremos es vivir y prosperar, en paz, junto a muchas otras familias chihuahuenses y mexicanas.

También nos preocupa que algunos actores irresponsables estén usando este tema para estigmatizar y criminalizar a los agricultores y al campo, alimentando narrativas de división que solo agravan el conflicto social y alejan soluciones duraderas.

Nuestra disposición es clara: trabajar con el Gobierno Federal y con CONAGUA para armonizar y actualizar lo necesario conforme a la nueva legislación, con sensibilidad regional, legalidad y respeto.

Atentamente,

Comunidad LeBarón