Chihuahua. – La gobernadora Maru Campos fue clara al declarar que “Chihuahua no será santuario para migrantes”. La mandataria aseguró que su gobierno mantiene coordinación con autoridades federales para evitar que el estado se convierta en punto de saturación de flujos migratorios no regulados.
Campos destacó que el fenómeno migratorio ha desbordado la capacidad de los municipios fronterizos y reiteró que la atención humanitaria debe recaer en la Federación, no solo en los gobiernos locales.
“Seremos empáticos, pero responsables. No podemos permitir que Chihuahua cargue solo con un problema nacional”, afirmó la gobernadora, quien insistió en la necesidad de políticas migratorias coordinadas con la Secretaría de Gobernación.
