En plena campaña electoral, para magistrada penal estatal, Alejandra Ramos identificada en boleta como el verde clarito número 34 emerge como la candidata que apuesta por una reforma profunda en el sistema judicial, centrada en las necesidades de las personas más vulnerables.
Ramos señala que para una elección exitosa es fundamental que los ciudadanos conozcan no solo las papeletas, sino también los perfiles y trayectorias de quienes aspiran a ocupar cargos de relevancia. Su mensaje es directo: la experiencia y el recorrido profesional deben ser la carta de presentación para un sistema de justicia que valore de manera objetiva las pruebas y, sobre todo, se comprometa a atender de forma especializada a cada sector de la sociedad.
La candidata destacó la importancia de adaptar las instituciones judiciales a las realidades distintas de cada persona. En su propuesta, Ramos recuerda su experiencia personal en el ámbito de la defensa de mujeres, personas con discapacidad, niños, niñas, adolescentes y adultos mayores.
“Debemos entender que las realidades de cada persona son diferentes y no basta con comprenderlas, sino con actuar en consecuencia. Es vital ofrecer espacios adecuados en los tribunales y un trato que reconozca los derechos diferenciados de cada grupo,” subraya, enfatizando que la justicia no puede tratar a un niño, por ejemplo, de la misma forma que a un adulto.
Con base en su experiencia, indicó que construyó una sala especializada destinada a proteger a los menores, una iniciativa que surgió luego de trabajar de cerca con casos de mujeres víctimas de trata. Esta experiencia le permitió visualizar de primera mano los riesgos de aplicar criterios únicos para realidades tan diversas, haciendo un llamado a que se valoren las pruebas de forma justa y sin prejuicios.