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USS Gerald R Ford en aguas cercanas a Venezuela aumenta tensión regional y Caracas anuncia despliegue militar

Venezuela., La llegada del portaaviones USS Gerald R Ford a aguas cercanas a América Latina ha elevado la tensión entre Estados Unidos y Venezuela y ha puesto en alerta a Caracas. El despliegue estadounidense supone la mayor presencia militar en la región desde la intervención en Panamá de 1989 y llega en un momento marcado por acusaciones mutuas y una fuerte polarización política.

El gobierno de Nicolás Maduro ha sido señalado por Washington con cargos de narcotráfico y ha rechazado tales imputaciones. La presencia del superportaaviones genera incertidumbre sobre las verdaderas intenciones de Estados Unidos ya que por ahora prevalece la ambigüedad respecto a los objetivos de la maniobra naval. Mientras tanto, en Venezuela se percibe la llegada como una posible escalada de la presión militar y diplomática.

En respuesta el ministro de Defensa Vladimir Padrino López anunció un despliegue masivo que abarca fuerzas terrestres, marítimas, aéreas, fluviales y de misiles, además del llamado a las milicias civiles. El presidente Maduro ordenó la movilización de casi 200 000 soldados como parte de la operación orientada a contrarrestar la que el gobierno interpreta como una amenaza directa.

La maniobra estadounidense también se enmarca en una campaña que se presenta como combate a carteles de droga que operan en Venezuela y que ha dejado más de 75 personas muertas en incidentes con lanchas y embarcaciones semisumergibles. Analistas consultados ponen sobre la mesa otra lectura del movimiento naval y advierten que podría integrarse a una estrategia más amplia destinada a debilitar o incluso derrocar al gobierno de Maduro cuya legitimidad es cuestionada por Estados Unidos tras elecciones calificadas como fraudulentas por la oposición y por organismos internacionales.

El escenario abierto por la llegada del USS Gerald R Ford muestra un balance complejo entre demostraciones de fuerza, operaciones contra el narcotráfico y riesgos de mayor escalada. La combinación de incertidumbre estratégica y de movilización militar en ambos lados mantiene la región en un clima de máxima vigilancia.