El ciclo quinquenal número 36 del Tratado de Aguas de 1944, que regula la entrega de agua de los afluentes del río Bravo de México hacia Estados Unidos, concluyó el 24 de octubre sin que el país lograra cubrir la cuota establecida, quedando pendiente el 52 por ciento del volumen acordado.
De acuerdo con el tratado, México debe entregar 2 mil 158.6 millones de metros cúbicos de agua cada cinco años. Sin embargo, según el más reciente informe de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), al 23 de octubre solo se habían entregado 1,042.6 millones de metros cúbicos, lo que representa apenas 48.2 por ciento del compromiso.
Ante la posibilidad del incumplimiento, que generó reclamos de autoridades texanas y del entonces presidente Donald Trump, México firmó el pasado 29 de abril un acuerdo con el Gobierno estadounidense, en el que se comprometió a aportar entre 400 y 518 millones de metros cúbicos adicionales entre mayo y octubre. No obstante, hasta el jueves pasado únicamente se habían entregado 296.7 millones de metros cúbicos.
El tema ha reavivado el debate sobre la gestión del agua en el norte del país y la necesidad de fortalecer los mecanismos de cooperación binacional para evitar tensiones diplomáticas, especialmente ante los retos derivados de la sequía y el cambio climático en la región fronteriza.









