Brenda Guadalupe Tovar Chávez, víctima de un brutal ataque con un hacha a manos de una adolescente de 13 años, expresó públicamente su indignación tras conocerse que la agresora fue vinculada a proceso pero liberada bajo medidas condicionadas, sin pisar un centro de internamiento.

“Estoy viva porque me defendí. Le quité el hacha, la mordí y la arañé. Yo no entregué el perdón”, declaró Brenda Tovar con firmeza, visiblemente afectada por la resolución del tribunal especializado que concedió la suspensión condicional del proceso a la menor.

El ataque ocurrió en Delicias, y aunque la jueza dictó la vinculación por el delito de homicidio en grado de tentativa, también permitió que la menor quedara bajo la custodia de su familia en lugar de ser internada, siempre y cuando cumpla con tratamiento psicológico, reparación del daño y seguimiento judicial, conforme a la legislación vigente en justicia para adolescentes.

Brenda, sin embargo, calificó la decisión como injusta e insuficiente: “No estoy de acuerdo en que un adolescente salga libre por intento de homicidio. No fue un juego, me quiso matar. No fue un accidente, fue con intención”.

El caso ha generado debate público sobre los límites del Sistema de Justicia Penal para Adolescentes, el cual establece medidas enfocadas en la reintegración, aun en delitos graves. Para la víctima, sin embargo, esta perspectiva deja desprotegidas a las personas agredidas y envía un mensaje de impunidad.

Brenda Tovar adelantó que buscará impulsar una reforma al Código Penal o a la ley de justicia para menores, para evitar que casos similares terminen con medidas que, desde su punto de vista, no hacen justicia a las víctimas.