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Internacional

Protestas en Marruecos contra el Mundial dejan 3 muertos y más de 350 heridos

Las manifestaciones que desde hace varios días se desarrollan en Marruecos han cobrado un saldo trágico con la confirmación de tres muertes y más de 350 personas heridas. Los disturbios comenzaron el pasado fin de semana como expresión del rechazo de miles de jóvenes a los planes del gobierno de invertir en estadios para la Copa Mundial de la FIFA 2030 en lugar de atender la crisis económica y mejorar servicios básicos como salud y educación.

El jefe de gobierno Aziz Ajanuch confirmó los decesos. Según la policía, dos personas perdieron la vida cuando intentaron irrumpir en un edificio policial en las cercanías de Agadir para apoderarse de armas, lo que llevó a los agentes a usar la fuerza. La tercera muerte no ha sido detallada por las autoridades. La respuesta de los cuerpos de seguridad ha sido objeto de cuestionamientos, ya que en varias ciudades se documentaron acciones de represión, con disparos, cañones de agua y gases antidisturbios.

Los inconformes, organizados principalmente a través de redes sociales bajo el movimiento GenZ 212, insisten en que su protesta es pacífica y se deslindan de los actos de violencia. Sin embargo, las cifras oficiales revelan que más de 260 policías y 20 manifestantes han resultado heridos, además de 409 detenidos. También se reportan incendios en al menos 60 vehículos entre patrullas y autos particulares, saqueos en bancos y oficinas públicas, e incluso el incendio de una comisaría en Marrakech.

Los lemas coreados en las calles, como “No queremos el Mundial, la salud es prioritaria” o “Dónde están los hospitales”, reflejan el malestar social. El desempleo juvenil, que alcanza 35.8 por ciento, se suma al deterioro de los servicios públicos y alimenta el enojo contra el gasto millonario destinado a cumplir con las exigencias de la FIFA para el torneo que Marruecos organizará junto a España y Portugal.

El gobierno marroquí asegura que respeta el derecho a la manifestación dentro del marco legal e insiste en su disposición al diálogo. No obstante, las críticas arrecian contra la gestión del primer ministro, y algunos sectores piden su dimisión. Mientras tanto, Marruecos revive la tensión social que recuerda a la Primavera Árabe de 2011, ahora protagonizada por la Generación Z que lidera las movilizaciones en varias regiones del mundo.