Este sábado 13 de septiembre de 2025, el Servicio Sismológico Nacional (SSN) informó que el último sismo registrado tuvo una magnitud de 3.4, con epicentro a 18 km al oeste de Apatzingán, Michoacán, ocurrido aproximadamente a las 4:45 de la mañana.
Aunque el movimiento fue de intensidad baja y no generó alarma sísmica, el episodio ha vuelto a poner sobre la mesa la urgencia de reforzar las políticas públicas en materia de prevención y respuesta ante sismos. En regiones vulnerables del país, incluso eventos menores pueden generar riesgos si las estructuras o la infraestructura no están preparadas correctamente.
En este contexto, la política sísmica mexicana debe partir de una coordinación más estrecha entre instancias federales, estatales y municipales. Es crucial revisar la normatividad en construcción, destinar recursos suficientes para mantenimiento y mejoras, y asegurar que los protocolos de emergencia estén no sólo actualizados, sino difundidos y practicados entre la población.
Los recientes sismos leves, como el de esta mañana, recuerdan que no sólo los grandes temblores exigen acción; los pequeños también tienen impacto acumulativo. Para los ciudadanos, la recomendación oficial sigue siendo mantenerse alerta, conocer rutas de evacuación, tener lista una mochila de emergencias y responder de manera ordenada ante cualquier alerta.