Chihuahua. – Chihuahua vive una situación crítica en materia de seguridad vial. En los primeros meses del año, se han registrado cientos de accidentes en la capital y zonas aledañas, poniendo en evidencia no solo la alta siniestralidad, sino también fallas estructurales en la infraestructura vial.

Durante enero se contabilizaron cerca de 890 incidentes en todo el estado, con 461 solo en la ciudad capital, donde 143 personas resultaron lesionadas y se reportaron dos fallecimientos. Estas cifras se han visto acompañadas de más de 3,400 sanciones por exceso de velocidad y cientos de infracciones por el uso de teléfonos móviles mientras se conduce.

A pesar de la implementación de operativos y campañas de concientización, los problemas en el sistema de semáforos siguen siendo un factor determinante en la inseguridad vial. Ciudadanos y expertos han denunciado que en numerosos puntos críticos de la ciudad los semáforos no cumplen su función, lo que obliga a conductores a improvisar en la regulación del tránsito y aumenta el riesgo de colisiones. Según algunos testimonios, en varias intersecciones claves, los dispositivos de señalización apenas responden o fallan constantemente, generando caos y desorden en el flujo vehicular.

La reciente sesión del Consejo Consultivo de Vialidad, encabezada por la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, mostró avances en estrategias operativas como el “Operativo Radar”, que ha permitido imponer entre 25 y 30 sanciones diarias por exceso de velocidad. Sin embargo, mientras se reafirman estas medidas, muchos critican que la verdadera solución radica en una inversión sustancial para modernizar y mantener el sistema de semáforos.

La creciente preocupación entre la ciudadanía y los especialistas apunta a que, sin una infraestructura adecuada, las campañas y operativos resultan paliativos y no atacan la raíz del problema. La urgente prioridad, según estas voces, debería ser redirigir recursos hacia la renovación de la señalización luminosa y la implementación de tecnologías inteligentes que garanticen un flujo vehicular seguro y ordenado.

Mientras Chihuahua sigue sumida en una crisis vial marcada por altos índices de accidentes y fallos en la señalización, la pregunta persiste: ¿Por qué se continúa apostando por medidas correctivas temporales en lugar de abordar el problema de fondo con una inversión real en la seguridad vial? La respuesta de las autoridades aún está por verse, pero la presión de una ciudadanía cada vez más preocupada no deja lugar a dudas: es hora de repensar las prioridades.