Por: Luis Rivera
El Cerro Coronel representa un ejemplo emblemático de los desafíos que enfrentan las áreas naturales en Chihuahua debido al crecimiento urbano desordenado, los intereses económicos y la corrupción. Aunque las amenazas a esta zona han existido por décadas, fue hace aproximadamente cinco años cuando, como parte de Salvemos los Cerros, nos involucramos activamente en su defensa, trabajando de la mano con la comunidad vecinal que habita en sus inmediaciones.
Durante nuestras visitas al Cerro Coronel, nos enfrentamos a un ambiente hostil. Entre los obstáculos más graves destaca la presencia de un individuo apodado “La Burrita”, conocido por la venta ilegal de terrenos dentro del área. Estas actividades han tenido un impacto devastador: se han perdido especies protegidas y se han reducido servicios ambientales cruciales, como la captación de agua. Además, este negocio ilícito ha generado un clima de violencia en la zona, pues los intereses turbios suelen traer consigo actividades delictivas que afectan tanto a la comunidad como al ecosistema.
En el año 2021, diversos candidatos a la presidencia municipal visitaron el Cerro Coronel para conocer la problemática de primera mano. Entre ellos estuvieron Marco Bonilla, actual alcalde, y Miguel Riggs, quien ahora se desempeña como regidor por Morena. En ese momento, ambos reconocieron la gravedad de la situación e incluso firmaron compromisos para proteger el área y atender las necesidades de la comunidad.
En el año 2022 se realizó una consulta pública estatal para la declaratoria urgente de la Sierra Nombre de Dios como monumento natural del Estado, la cual concluyó con un 97% de votos a favor, siendo que el Cerro Coronel es parte de esta importantísima Sierra, aún así no hubo mayores avances para la protección del sitio, mucho menos de la población en situación de vulnerabilidad y riesgo que habita el asentamiento irregular.
En el año 2023 se nos prometió la inclusión del Cerro en el plan municipal de desarrollo urbano como área natural protegida y a pesar de que esto sucedió un año más tarde hasta la fecha no ha habido un presupuesto destinado efectivamente para la solución de los conflictos socio-ambientales que atraviesan el tejido de la zona, lo cual es especialmente grave tomando en cuenta que para este año ya habíamos denunciado ante la guardia nacional y la policía municipal la sensible situación de violencia que se vive en esta comunidad.
En el año 2024 se nos habló de una posible re-ubicación de las familias en zona de riesgo, así como la instalación de letreros donde se menciona que está prohibido construir en esta área. Los letreros fueron derribados por los malandros y la re-ubicación nunca llegó, lo que detonó aún más la incertidumbre y la violencia de los grupos delictivos que buscan despojar terrenos y viviendas para seguir lucrando de la vulnerabilidad de la gente y del área natural.
Finalmente este año 2025 nos encontramos nuevamente con agresiones, amenazas y golpes. Parece que a las autoridades no les importa resolver este grave conflicto socio-ambiental, y cada día que pasa esto se agrava más y más. Es necesario que como ciudadanía alcemos la voz y exijamos a las autoridades que actúen de forma contundente para ponerle un alto a estos abusos, ya que de lo contrario su inacción resulta un equivalente a la complicidad, debido a la impunidad que otorgan a quienes destruyen la tranquilidad de las familias que ahí habitan y la integridad de uno de los símbolos naturales más importantes de la ciudad, el Cerro Coronel.
Luis Rivera es activista defensor del territorio y los derechos humanos, adherente de la sexta declaración de la selva lacandona y vocero de Salvemos los Cerros de Chihuahua.
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