Tragedia en la 11 de febrero
El reciente hallazgo de un cuerpo completamente calcinado en un domicilio de la colonia 11 de febrero, en el sur de la ciudad, nos confronta con una realidad de inseguridad que vive nuestro estado.
Este trágico incidente, que parece estar vinculado a actividades ilícitas y a la descomposición social en ciertas áreas urbanas, plantea preguntas urgentes sobre la seguridad, el consumo de drogas y la falta de espacios seguros en nuestras comunidades.
La intervención de las autoridades, aunque necesaria, no siempre garantiza una solución. La Policía Municipal y la fiscalía están ahora ante la difícil tarea de esclarecer si se trató de un accidente o un homicidio. Sin embargo, más allá de determinar la causa de este fallecimiento, debemos preguntarnos qué medidas se están tomando para abordar el problema de fondo: el consumo de sustancias y la violencia que lo acompaña.
La tragedia que se ha vivido en la colonia 11 de febrero no es un caso aislado; es un reflejo de una crisis más amplia que demanda soluciones integrales. En lugar de solo buscar respuestas a un evento trágico, es tiempo de abordar las raíces de estos problemas y trabajar juntos para construir un futuro más seguro y saludable para todos.
El segundo estado más violento
El reciente reporte que coloca a Chihuahua en el segundo lugar nacional en homicidios, tras un día con nueve muertes violentas, es un recordatorio inquietante de la realidad que enfrenta el estado.
La cifra en sí es alarmante y no debe ser minimizada tal como lo hizo el secretario Santiago De la Peña quien andaba sacando cuentas del porque de la situación y las condiciones de las muertes, cada vida perdida es una tragedia y un reflejo de un problema mucho más profundo en el tejido social.
La coordinación entre la Sedena, la Guardia Nacional y las fuerzas estatales es un paso positivo. Sin embargo, es crucial que esta colaboración no se convierta en un mero discurso.
Sheinbaum no le va a entrar al tema de los ex presidentes
Claudia Sheinbaum ha decidido no abordar el tema del juicio a los expresidentes, una postura que refleja una estrategia política cautelosa apesar de la compleja situación. Al ser cuestionada sobre la “deuda histórica” del pasado, la mandataria optó por no entrar en un debate que podría ser polarizante. Esta decisión podría interpretarse como un intento de evitar controversias y centrarse en los problemas inmediatos de su administración, como la economía y la seguridad. Sin embargo, el silencio sobre la justicia histórica podría ocasionar la desconfianza de la ciudadanía en un gobierno que se presenta como el abanderado de la transformación.